miércoles, 12 de mayo de 2010

La Bella Mentirosa. Ensayo sobre pintura, fotografía y cine.


Dejo aqui una parte de un ensayo que escribí el año pasado sobre las relaciones que se dan entre las distintas formas de representación y sobre las cualidads que las separan, con una maravillosa pelicula de Rivette como excusa para hablar de ello, La bella mentirosa. Mas abajo dejo un link para descargar todo el ensayo que es bastante largo para quien le interese.


Introducción
Existe un problema muy arraigado dentro de las artes plásticas contemporáneas ligado a la dicotomía entre abstracción y figuración cuyo origen estriba en la anunciada muerte de la pintura que las artes conceptuales parecieron presagiar. Y en efecto la elevación de la idea por encima de la estética y el surgimiento de numerosos nuevos soportes durante la década de los sesenta dinamitaron las concepciones estéticas de un arte antiquísimo que parecía acabar no solo con la tradición sino con la reciente transformación que había tenido lugar con las llamadas vanguardias históricas.
De esta forma la pintura para algunos solo puede sobrevivir bajo la sombra de la abstracción o sea aquella que le es más esencial, la que es solo forma y color. Sin embargo tras esta aparente ruptura la pintura figurativa se a seguido postergando en el tiempo no solo tras la avalancha conceptual sino también de forma coetánea a la misma, ¿no son algunos de los mas grandes artistas de las década de los sesenta y setenta pintores figurativos como Warhol, Lychenstein, Bacon o Reinhardt? La pintura figurativa se ha mantenido vigente desde la prehistoria y si esto ocurre es por un solo motivo, indudablemente resulta necesaria.
La pintura como medio plástico sensual y poderosamente manual se mantiene por supuesto en la abstracción ¿que pasa entonces con la figuración?? La respuesta a esta pregunta es por supuesto muy simple pero como es habitual en los círculos de pensamiento artístico (y de todo tío de pensamiento humanista) debe justificarse una vez mas de forma convincente. Porque al final de todo la teoría del arte no intenta ser nada mas que una nueva ciencia.
En el presente ensayo se intenta justificar al menos parcialmente la necesidad inherente al arte de no poder prescindir de la relación icnográfica con la realidad una tesis que ya queda justificada en la misma historia reciente del arte pues como intentamos justificar en el presente ensayo, el arte conceptual, el hapening, el arte pobre, el land art… no constituyen el alejamiento definitivo del arte figurativo, sino el mas radical acercamiento a su cualidad mas esencialmente significativa, la relación referente- representación, una relación que en el cine sufre (y exhibe) sus mas importante s y significativas consecuencias. Por ello utilizaremos como objeto de estudio una obra artística que aunque alejada de la pintura representa en su mismo medio (el fotográfico) la necesidad del referente y que en esta necesidad intentara justificar, al menos de forma parcial, la necesidad del ser humano por las representaciones figurativas.
Las representaciones del cuerpo han constituido uno de los ejes principales que han seguido las imágenes creadas por el ser humano desde que estas aparecieran en el paleolítico por poseer una función irremplazable en nuestro proceso de conocimiento tanto de la propia identidad como del mundo que nos rodea.
A lo largo de la historia estas representaciones han cambiado sustancialmente adecuándose a cada cultura y sociedad y se han sentido afectadas por los problemas implícitos de toda representación. Una de las cuestiones que mas profundamente han ejercido esta influencia es la que vincula la imagen creada con el referente del que parte, es decir, la imagen del cuerpo con el cuerpo real.
Desde este punto de vista cada medio de expresión o método de representación mantiene determinadas características que lo separan de los demás, estas particularidades deben ser tenidas en cuenta por los creadores por diferentes motivos adicionales, por un lado condicionan de forma evidente el proceso creativo, por otro cada medio arrastra una tradición que le influye y afecta, pero sobre todo cada medio condiciona la relación que se establece entre la imagen y su potencial espectador, siendo en este último punto en el que la relación de la imagen con el referente va a causar un cambio más significativo dado que dicha relación varía sustancialmente de un medio a otro.
Ateniéndonos a que en las imágenes figurativas el espectador encuentra una analogía con su mundo tanto exterior como interior, en la relación que estas imágenes mantengan con el referente real del que fueron tomadas (de fidelidad, distorsión, reducción, fragmentación…) va a ir implícita gran parte de las intenciones de su autor, pero además en función de dicha relación referente-imagen el espectador va a ver posibilitados diferentes modos de identificación o proyección con ella. En el presente ensayo intentaremos buscar el origen de estas diferencias en la percepción de la imagen en dos medios de expresión muy diferentes, la pintura y el cine para con ello dilucidar como en las representaciones realizadas por el hombre la figura humana es difícilmente sustituible.

1 comentario:

  1. muy interesante David, me encanta desde luego que la anunciada muerte de la pintura parezca algo tan lejano como improbable... aunque trabaje más en el campo de la fotografía y sea una perfecta profana en pintura, no dejará nunca de atraerme, apasionarme, emocionarme..

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